• 34

    Me he pasado el día en la universidad. Desde por la mañana hasta por la noche. Ha sido un día muy feo, hasta mirar las decenas de gotitas que intentaban frustradamente entrar en las aulas te ponía de mal humor.

    Cuando ya era de noche y seguía lloviendo decidí ir a casa andando, según Google y el cálculo de sus mapas son 34 minutos. Alivia chocarte con las cientos de gotitas que intentaban y conseguían mantenerme despierto, ayudado por a las cinco latas de Coca-Cola que dejé por el camino.

    Nueve canciones, un chaparrón y una caminata de casi media hora después aún hay miles de gotitas que se rompen contra el cristal. Frustrado por sentir que no he hecho nada, pero con la cabeza bien alta y el pelo mojado, me voy a dormir.

    Mi cabeza ha perdido el control, mi mente viaja a la deriva…
    34 millones de gotas por minuto, con suerte una me salva la vida…
    Tú, que crees que esto no tiene ni ton ni son, que vaya mierda, qué tontería.
    Pues no.
    34 nubes desde allá, en una estratosfera color negro…
    Te cuentan un cuento peor, sobre un tirano y malhechor, que vivió y ahora está desehecho.
    Aquí, que el que no palma es campeón, tirar no tiramos nada. Orgullosos de amontonar. Aunque sea de algún patán, guardamos hasta las entrañas.
    34 versos hacia atrás y una canción desesperada…
    Desayuno al alba con Soledad un vasito de Colacao. Una cuchara por armada.
    Qué delicioso delirio, qué dulce la incomprensión…
    34 ecos de una voz, remordimiento afinado.
    No quiero prestar atención, remordimiento demostrado.
    Un insignificante «no» al compás aclara todos mis problemas,
    un túnel, una luz al final, sábanas de color crema.
    La sensación de inconsciencia se convierte en mi sentencia, el don de la carencia sin caer en la decandencia.
    Qué lúgubre el perdón falto de protección, tan inválido como esta canción.
    34 minutos de tintineo climático, 34 minutos de desfase horario, 34 minutos de vehemencia locuaz, 34 minutos de sabiduría popular.
    De haber una respuesta se deberá buscar, si quieres una pista hasta 34 habrás de contar.
    34 galaxias más allá de la Estrella Polar.
    Un diminuto destello azul, dos años luz a la derecha,
    gira al fondo y al bajar, vestida con blanco tul, una dama de buena percha.
    34 lacayos a sus pies, más siete pecados capitales,
    el ejército del Sol, dispuesto a darme la razón y credenciales.
    34 hordas de infames monstruos, dispuestos a morir de nuevo,
    te miran confiados al pasar, armados con palos de hielo.
    No has de temer ni de luchar, pues 34 veces más, hoy también toca despertar.

    Visto en: Google Maps.

  • Una aventura sobre ruedas

    Si me preguntasen qué libro recomendaría desde el blog supongo que Blacksad o El Silmarillion tendrían muchas papeletas, en cambio voy a hablar de otro.

    El sábado, aprovechando las rebajas me pillé un par de vaqueros en Springfield descubriendo que había vuelto a perder peso. Paseando entré con mi padre al Corte Inglés para hacer tiempo y vi un libro enorme amarillo que tenía pinta de pesar un montón en una estantería, en la balda más baja. Estaba dado la vuelta y al cogerlo vi que trataba sobre Vespa, miré el precio y me pareció tan ridículo que lo ojeé por encima y sin pensarlo mucho lo compré. Se llama Atlas ilustrado de la Vespa, una aventura sobre ruedas, editado por Susaeta.
    Me costó 15€ y puede encontrarse en librerías de internet por el mismo precio más envío, seguirá mereciendo la pena, aunque sólo sea por las fotos y la calidad del papel. Vendrá bien tanto a los que le gusten las scooters, cualquier moto, la cultura pop, el movimiento mod… como a diseñadores o curiosos.

    Una aventura sobre ruedas

    Explica la historia desde el comienzo con un trabajo de documentación loable, la página donde exponen la bibliografía deja claro que no es cualquier cosa. Por 15 putos pavos es un jodido regalo. Llega hasta 2003, de forma que el modelo que más me interesa (aunque ahora prefiera a su hermana mayor de 125) no lo expone, imagino por el precio que pretenden actualizarlo y por eso se quieren deshacer del stock. Pero es igual, lo interesante no es lo de ahora, a mi juicio el jugo está en la historia como modelo de Piaggio y símbolo. Y en eso cumple.

    Lo más parecido que tengo es El gran libro de la Harley Davidson, menos extenso pero más alto, también con muchísimas fotografías, y ronda los 40 euros, pese a todo pienso que también merece la pena.

    No me voy a tirar el pisto contando que soy un gran conocedor del mundo de la mecánica del motor (que, faltaría más, por supuesto que lo soy), pues mi nivel no llega a distinguir ciclo Otto de diésel en diferentes tipos de motores explicando sus fases detalladamente así como sus curvas (cosas del Bachillerato Tecnológico), pero creo que me defiendo; y aunque el libro no se centre para nada en aspectos tan técnicos y sí más en anécdotas, ideas, bocetos y modelos concretos (como la preciosa 180SS) nos deja ver cómo Apple plagia un logo de Vespa de 1969, ¡cuarenta años!. Así, sin miramientos.

    Vespa 1969

    Visto en: ECI.

  • Concierto para tractor y cuerda

    A partir del primer minuto la cosa se anima y comienzan las melodías de verdad, como Popeye. No suena mal el invento.
    Visto en: Neatorama. ¿Os acordáis cuando dije contenido original?

  • «Reproducir sin ejecutar», funcionalidad musical

    No sabéis qué cosa tan sensacional el mouse over music preview, lo que llamo yo reproducir sin abrir o sin ejecutar. Es algo tan tonto y tan necesario que hará que vuestros sistemas operativos desmerezcan sólo por este detalle. Lo que me extraña es que lo incorpore una distribución de Linux y no OSX, que está mucho más enfocado a la creación y modificación de contenido multimedia -al menos en el iMac no funciona-.

    En una época en la que las bibliotecas musicales tienen decenas de miles de canciones da pereza tener que ejecutar un mastodóntico gestor para saber si ese fichero .mp3 con nombre impronunciable sin metadatos es una canción, un podcast, un sonido del sistema, etc, ganar liviandad es ahorrar tiempo y recursos. Bien, alguien tuvo la gloriosa idea de aprovechar que siempre hay un demonio corriendo que se encarga del sonido y que, simplemente colocando el cursor encima y esperando un segundo, comienza a reproducirse el fichero. Ni un clic. ¡Es magnífico!

    Y algo tonto a la vez, podemos ver la miniatura de una imagen para no tener que abrir un visor y saber cuál estamos buscando, igual con las películas, pues esta es la respuesta para el audio, así de simple, y ya quieren meterle mejoras.

    Para mí se ha vuelto indispensable, y lo peor es que no es nada nuevo, lo llevo utilizando muchos meses, no lo incorporaron en Ubuntu 8.10 (no lo he comprobado en KDE, sólo con GNOME y el navegador Nautilus, pero imagino que si el servicio está instalado y Konqueror está preparado no tendrá problemas para hacer funcionar el truco).

    Dicho por palabra parece una tontería, pero prometo que he escuchado podcasts de una hora con este sistema, mientras hago cualquier otra cosa por la buhardilla, con no mover el ratón basta, el resto de recursos los dejo libres, para el torrent, por ejemplo.

    Tendríais que probarlo, pero claro, si utilizáis sistemas peores que los anuncios de Línea Directa, pues qué le vamos a hacer. ¡Chunda…!

    Visto en: GNOME con Nautilus.

  • Steve Howe, Mood for a Day

    No es muy conocido, pero el que fuera Mejor guitarrista de todos los tiempos durante cinco años consecutivos, asociado al rock progresivo y guitarra clásica debería ser un must-have de vuestras colecciones. Yo llevo escuchando Yes desde que nací, así que me libro de la quema.

    Visto en: Youtube.