Granos. Eso era todo lo que le preocupaba, sus granos. Más exactamente la carencia de ellos. La tierra ya no es lo que era y el cultivo no germina como debiera. Ed M. Teagarden no tenÃa más. Lo más parecido a un amigo que consiguió en la vida se llamaba Winchester y lo heredó de su abuelo.
TenÃa su juventud, pero con eso no se come en los primeros sesenta de Arkansas. Con trigo sÃ.
Ese dÃa estaba especialmente débil, pues aunque sus brazos eran fuertes (en parte debido a que dÃa sà dÃa también paseaba con su Jhon Deere) hacÃa veinte años de la muerte de su padre y cinco de la de su madre.
No le dolÃa ninguna de las dos. Le dolÃa la incomprensión. (más…)