Parece que se convierte en algo necesario, vital, hacer un balance de daños al comienzo de cada año. Me ha pasado tal, ha fallecido cual, hemos ganado en seguridad de no sé qué etc. Además, no viene mal añadirle un poco de salsa con nuevos propósitos. No digo que me parezca mal, creo que tener las cosas claras siempre es bueno.
Lo que sà me hace gracia es, por ejemplo, ver cómo la gente dice «deseo paz en el mundo» y de repente empezar a reÃrse, parece que se antoja complicado el deseo, o es un chiste que no pillo.
Sobre cómo echamos un rápido vistazo al año que ha terminado me llaman la atención cosas del estilo… fuera mediocridades, si eres muy bueno vales si eres bueno no, si eres malo tampoco pero si eres catastrófico estás dentro. Supongo que siempre es necesario filtrar información si quieren hacer un resumen asequible.
Lo divertido es verlo en blogs, cosas del tipo: lo más leÃdo, lo más buscado (y encontrado, se entiende), números de visitas de tantos miles, ganancias de AdSense de tantos cientos (ejem) y porrón de suscriptores. Y digo que me hace gracia porque, sinceramente, ¿a quién carajo le importa esto? No tiene sentido, sobre todo si alguno de esos post llevan publicados dos años, tres o los que sean, ¿van a salir en las listas de forma esporádica: bisiestos no o sólo los años pares?, ¿seguirán liderando puestosinfinitamente? No sé, esto es internet, hay quien se empeña en que nos dure toda una vida. Me gustarÃa encontrarme con un post del tipo: lo más visto del lustro. Fijo que serÃa o algo medio porno, o de Linux. Y lo digo por experiencia, mis entradas más vistas tratan de micro penes y de cómo hacer funcionar el streaming en el sistema del pingüino.
Como propósito de año nuevo propongo erradicar esta nueva costumbre, que una cosa es recordar a Pavarotti y otra seguir dando a entender que en mi gimnasio hay gente muy estrambótica, léase yo.
Visto en: Año nuevo, vida nueva.
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