Madurar en familia

Ahora mismo y hasta el día 2 de enero no estoy en mi casa, si no en Guipúzcoa con la familia. Por eso la cantidad de entradas (y su calidad) han bajado muco muchito. Os recordaré que me matéis por ello. Y me temo que este es el último post de 2006.

Y entre otras cosas que se hacen en Navidad está la de ir a comprar, ¿quién no compra en Navidad? Pues tras desgastar un poco el plástico que recubre la tarjeta nos dirigimos a un bar, el típico bar que hay dentro de todo hipermercado lleno de compradores sudoros que (como nosotros) se habían acordado de los últimos detalles al final. Y ya que me querían invitar, no dije que no. Pero algo ocurre en tu familia cuando se dan cuenta de que ya tienes una edad. Era sorprente ver la cara de éstos cuando no dije una coca-cola, sino una caña.

Que ahora miro con descaro y sin complejos a las azafatas y las dependientas. Que si llevan una etiqueta con su nombre en su pecho no es culpa mía. Imagino que ser el menor de toda la familia (incuyendo primos) hace que la gente aún piense que sigo siendo aquél niño sonriente.

Pero como de costumbre, yo me niego a dar la vuela y hacerme menor de edad. (Letra)

La calidad del vídeo vuelve a ser malucha, lo siento. Feliz año.

Visto en: Txingudi (Irún).

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