Después de comer acostumbro a tirarme en el sofá (ojo a la preposición, no al sofá, que el sindicato de muebles violados siempre está al acecho) y dejo que me intoxiquen con el contenido de la televisión. Veo Fama, las audiciones, o como dicen los participantes canis -que son una mayorÃa-, los cástines.
Cada vez que lo pongo recuerdo la comparativa que hizo el señor Aloisius (pronúnciese con falso acento argentino vasco-castellano) entre Fama y su vertiente americana. No hay color. Pero bueno, entretiene, y aunque haya chicas a las que… joder, que ni con un palo de veinte metros, hay otras a las que… joder, un palo de veinte centÃmetros sà (pichacorta el último). Asà que bien, Coca-Cola Zero en mano.. ¡y a bailar!
Resulta que en este paÃs de artistas, de Nachos Duatos, nadie baila bien (para mi gusto), dicho de otra forma, lo que bailan me parece una basura like a top of a pine de big. Mira, mamá, me he vuelto ingenioso y graciosete.
Vamos a ver, que igual no pillo la mecánica del concurso, pero esto es algo asÃ:
- Llega un tipo: Hola, soy Jonathan Lolailo, tengo 22 años y mucha pluma. Hago funky con un poquito de… bueno, ya veréis.
Bien, y va el tÃo, se pone la capucha, se sube la cremallera de la sudadera, se la baja, se quita la capucha, se pone una gorra, cruza los brazos, se pone de perfil y encoge los hombros. Todo más o menos al ritmo de la música (Nelly Furtado, si no os suena, tranquilos, es fea y sus canciones son malas a rabiar -tiene un cuerpazo sÃ, pero desdice mucho-).
Le dicen que muy bien (que le ha faltado fuerza) y que ya verán.
Caso dos;
- Llega una chica: Hola, zoy Gienina, tergo 19, vÃo en Cái peo nacà eh BrazÃ. Via bailá funky peo mezclao con flamenquito, ¿eh?
Y bien, la chavala, de rosa y amarillo como mandas los cánones (para los de la LOGSE, esto no tiene nada que ver con la SGAE), unas deportivas con la lengüeta por fuera, bien grande, y unas mallas que marcan las bragas de la moza. Se sitúa con un brazo en alto y el otro a la altura de la cintura, las manos colocadas de manera que parece que se va a arrancar por bulerÃas a ritmo de un guitarra española y un grito gitano de esos de «Ayyyy… yyyy…». Pero nada, dan al play y suena un trozo de la misma canción que habÃa puesto nuestro amigo mariposón, la chica salta, se arrodilla, se abre de piernas (vemos que tiene experiencia en este campo), agita la cabeza cual heavy sucio en una orgÃa musical de Megadeth, estira un brazo hacia adelante, el otro hacia atrás, hace como que cabalga sentada, se tira al suelo, rueda y fin.
Le dicen que muy bien (que le ha faltado personalidad) y que ya verán.
No tiene nada que ver un baile con el otro. Me meto en la Wikipedia, parece ser que Stevie Wonder es uno de sus exponentes, de un ciego con piano a una medio portuguesa que vive de sus caderas hay un salto cuantitativo y cualitativo. Otro es James Brown, esto tiene que ser una broma.
Yo sé que el magnÃfico Flea y Kiedis, alias «Diastema», tienden a «jugar» con este estilo quitándose las camisas y metiendo ritmos funkys en las primeras canciones del grupo (Red Hot, por si hay algún hijo de perra ignorante leyendo esto) pero para bailarlo se limitan a saltar, encoger las rodillas en el aire y seguir botando. Nada que no hicieran los Who a finales de los 60. Asà que no cuenta, porque vamos, sólo falta que ahora Roger Daltrey sea funkarra.
Resumiendo, que se van sucediendo los concursantes y todos con la misma cantinela del funky salvo dos o tres chicas con preciosos cuerpos de bailarina que hacen algo diferente, lo que suena clásico para esta peña es lÃrico, sÃ, incluso aunque no se cante y toda la canción sea instrumental.
Es lógico que no vaya a salir nadie bailando un vals. Por dos motivos, primero porque se baila por parejas y aquà participan de uno en uno y segundo, porque se ve a la legua que los profesores o las personas encargadas de realizar las audiciones no tienen ni puta idea de nada anterior a mediados del siglo XX. Tienen un tÃo para el break-dance (que queda muy bonito en Youtube), otro que pensé que era gay y resulta que se pone palot con Melody para el puto funky, una rubiaza de esas que dejas que te inviten a cenar para el Jazz Fusión (un estilo donde cabe toda la música del eMule -incluso la buena-), y para de contar. Con esto es fácil ver que quieren imitadores de Justin Timberlake o calvos depilados marcando músculos en un escenario detrás de Madonna.
Pero oye, que me pierdo, esto del funky, ¿cómo cojones va?
Visto en: ¿Funky? ¡Brewster!
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