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Pensando en alto

Lo más bonito del arte

Hay que joderse, estoy de lo más ñoño. En fin, se siente, ya volverán las malas formas en otro rato. Lo que pasa es que he estado pensando en algo que ya creí haber escrito (pero no) y es la sonrisilla que se te escapa cuando piensas en que cualquiera puede llegar, ver esto y gustarle.

Me explico, es como un pintor que expone en un museo «Guay, ahora mismo hay personas que no saben quién soy que puede estar mirando un cuadro mío», o el músico que no sabe si en algún lugar remoto del mundo alguien está enamorándose con sus canciones, el director que no se da cuenta de la chica que llora en el sofá cada noche con su película, la fotógrafa que no termina de enterarse de que un chico se ha pasado horas buceando por su galería en Flickr, el escultor que no se da cuenta de que siglos después niños excursionistas se harán fotos con el móvil junto a su David.

Y encima esto vale tanto para la Sinfónica de San Francisco como para Justin Timberlake o tanto para El Padrino como para Mentiras y gordas. Bueno, no, eso segundo no.

Visto en: Y nada, que he perdido dureza.

13 respuestas a «Lo más bonito del arte»

Pues con lo que a las chicas les gusta el malote que va de duro y en el fondo tiene su punto romántico… Debería replantearse el perder la dureza, señor Geko.

La verdad es que la sensación tiene que ser genial. Aunque también puedes estar en el lado contrario, en el tipo que hizo «Mentiras y gordas» (no me suena, y tal) y se para a pensar que todo el mundo sólo se acuerda de él para ponerlo como ejemplo de mierda pinchada en un palo.

De acuerdo con Bea, pero puntualizar que ese lado blandito de que TODO tipo «duro» tiene puede gustar a las féminas, pero en pequeñas dosis, porque el paso para convertirte en un mimosín puede estar más cerca de lo que parece y eso ya no gusta tanto.

Será la primavera, pero bueno, supongo que el mejor consejo que se puede dar -aunque nadie me lo pida- es el estándar: Sé tú mismo :P

De acuerdo con pikomike, todos tenemos las hormonas un tanto alteradas con la primavera… a tí te da por esto y a mi por desear a casi todas mis compañeras de trabajo. No te preocupes, ya se te pasará.

La reflexión, pues mira, ha estado bien, pero esto entre tu y yo, que también tengo una reputación que cuidar.

Sobre este tema he tenido alguna conversación muy interesante con uno de mis directores de coro. Porque tras leer esto, la pregunta se plantea sola: el arte se hace para uno mismo o para los demás?

Escribiré un post sobre el tema cuando tenga un rato.

ElGekoNegro, pero es que para que funcione ni siquiera tú lo deberías saber.

A los tíos que son conscientes de provocar esa dualidad en las chicas (de tío más o menos bruto y machote pero que luego se arrodilla en medio de la lluvia para hacerle una foto a los pies de su novia saltando un charco) generalmente se les ve mucho el plumero y se convierten en uno más de esos que van desaliñados pero que se tiran una hora para que su pelo quede exactamente lo desaliñado que tiene que quedar. Ten cuidado.

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