He ido atando cabos, partiendo por que hay gente a la que le caigo mal, posiblemente por haberlos insultado, por un desprecio o cualquier cosa.
Veréis, durante estos últimos dÃas he andando cambiando muebles en la buhardilla, jugando un poco al Sokoban con la cama y los armarios. Una vez acabé, mejor dicho, una vez mi madre me dijo que habÃa acabado me tocarÃa limpiar, ordenar, tirar algunos trastos, etc. Entre tanto cogà un marco que me regalaron por mi cumpleaños, uno de estos cristales grapados que no resultan muy vistosos pero son realmente prácticos, y en él mi hermana introdujo una copia de una foto que tomé en Praga, concretamente esta:
Algo recortada para adecuarla al formato del marco. No soy muy fan de las fotos en papel salvo libros Blurb o semejantes, pero esta habÃa quedado bastante bien.
Mientras clavaba la punta en la pared me puse a pensar si el trompetista se harÃa alguna idea de que a miles de kilómetros de allà alguien lo estaba utilizando para decorar su pared. ¿Cómo le sentarÃa? Para empezar yo ya estaba exhibiendo su cara por todo internet sin permiso ni pudor alguno.
En este momento me vino un recuerdo a la cabeza. No tenÃa nada que ver con la fotografÃa ni con el derecho a distribuir la cara de nadie, sólo el recuerdo de una chica que desconocÃa y que me crucé una vez en el autobús, ella me lanzó una mirada asesina, disparaba odio con repetición. Sé que en aquél momento pensé: «A lo mejor ese sábado me pasé de hacer el tonto», pero aún asà la recordarÃa de algo, porque era más o menos de mi edad. Dejé de preguntarme por qué la chica que acababa de bajarse me habÃa mirado asà y seguà a mi rollo.
Es algo que nunca se ha vuelto a repetir, al menos que me haya dado cuenta.
Pero con el tema de la foto un rayo atravesó mi cráneo y lo relacioné, en este blog salen fotos mÃas, esto sigue un buen puñado de gente, muchos de ellos no comentan muy a menudo y además hay quien lo hace para quejarse de mis estupideces.
Y entonces me lo pregunté, ¿serÃa posible que yo haya ridiculizado alguno de los Ãdolos de aquella chica, podrÃa haberla insultado directamente, me he metido con lo que toca su fibra sensible y la he hecho llorar? Es jodido porque no sabes quién te lee. De ser asà ya queda demostrado que no hace falta ser un blogstar para que te reconozcan por la calle y, en lugar de pedirte un autógrafo, una foto o una cita, quieran matarte por las ocurrencias del blog.
Supongo que me quedaré con la duda, a no ser que haya acertado y tú sigas leyendo esto, ¡manifiéstate, oh joven dama que quiso fusilarme de un parpadeo!
Visto en: LÃnea 5 a la altura de El Corte Inglés.
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