Que el estado de la educación en la piel de toro es de crÃtico no es nada nuevo. De hecho llevamos generaciones oyéndolo. Hoy me he enterado de refilón de que se vuelve a discutir sobre si los niños en la ESO deben aceptar como familia a una pareja homosexual o deben aprender a ponerse un preservativo.
Acojonante.
A ver, soberana gilipollez, mala forma de gastar tiempo, perder pasta -por la edición y publicación de los libros de Educación para la CiudadanÃa– y sobre todo, falta de coherencia. ¿Tú?, hombre de americana y corbata al cuello con sueldo desproporcionado, ¿tú? ¿Tú le vas a decir a un chaval de catorce años con scooter que se lÃa un porro en tu puta cara en menos de tres minutos y dispone de varios sabores para la mora, a él, a él le vas a enseñar a colocarse un condón y cómo ha de comportarse cuando vienen invitados a casa? Pues de lujo.
Pero lo peor, aquella señora no lo ve bien y discrepa, ¿estáis discutiendo por eso? ¿Tanto tiempo os lleva aclararos? ¿Problemas de pareja? ¿Abusas de las pastis azulonas? ¡No busques más!, recién traÃdo desde mi mente presento la revolución en las aulas: Asignaturas normalizadas.
El proceso de normalización es algo que los del mundo más técnico conocemos y respetamos (aunque nos pese), pues nos ayuda a entendernos. Por ejemplo, un vibrador hecho en Taiwan normalizado por ISO que cumpla una serie de requisitos y tenga unas determinadas caracterÃsticas que verifiquen que te dará placer aquÃ, tanto él como todos sus semejantes. Y si no es asÃ, se desaprueba y recurres a esos baratos que importas de China. Asà va tu vida sexual.
Me explico, reunimos a varios tÃos: el de FÃsica del MIT, el de FilosofÃa de Harvard, uno de la RAE (Reverte, que los tiene bien puestos), alguien de la Sorbona y un filántropo aficionado a los estándares: Bill Gates, por supuesto. Los encerramos en una habitación con agua y galletas MarÃa, que diseñen cómo debe ser cada una de las asignaturas que deben impartirse por fuerza mayor en todo el mundo, o al menos en la Unión Europea. Que lo acepte una organización de normalización y se implante. Por supuesto a niveles superiores más especializados, como el Bachillerato, FPs o las carreras carecerÃa de sentido ya que la oferta es mayor y pese a que muchas sean comunes (las de las ingenierÃas, por ejemplo) llevarÃa muchos más quebraderos de cabezas si el contenido es cambiante, una asignatura sobre avances cientÃficos en la Medicina no puede revisarse cada diez años, más que nada por el término «avance».
De cualquier manera, si el Informe Pisa es casi igual para todos los paÃses, las asignaturas deberÃan ser las mismas en toda la Unión (y con esto no justifico lo cenutrios que son nuestros sonrientes canis). Sé que es difÃcil que se haga algo asà porque no interesa. A rÃo revuelto ganancia de pescadores y mientras se maree la perdiz de la ciudadanÃa alguien se debe estar llevando pasta.
Esta claro que en Alemania no estudiarán a ClarÃn (aunque yo me tuve que aprender de qué iba el Fausto de Goethe) y las normas de ortografÃa y la caligrafÃa son diferentes (ellos utilizan beta, nosotros dibujamos enes con acento). Pero calcular el volumen de un cono se hace igual en ambos paÃses. Por eso veo necesaria, imperiosa necesidad según está el patio, una reestructuración común de todas las asignaturas y olvidar estupideces como Educación para la CiudadanÃa, que un chaval les da mil vueltas y estoy seguro de que moja más que los polÃticos, al menos lo hace sin pagar.
De cualquier manera, como sé que no me harán ni caso y seguirán rellenando agendas, telediarios y mañanas de duro trabajo parlamentario, buscaré un vuelo barato a Helsinki. Que como en España en ningún sitio, y tal.
Visto en: ¿Siguiente problema? SÃ, coja número. Eso es.
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