Llevo dÃas con la conexión ADSL de casa bastante mal. Por lo general eran desconexiones puntuales y pérdida de velocidad, pero desde el miércoles directamente  no puedo enchufarme a la red más de dos segundos seguidos. Cosas de pagar 40€ al mes a Telefónica, escribes los post en local y los dejas ahà hasta que puedas subirlo. Pero si sigue asà esto no se publica hasta enero que vuelvo a tener clase. Las incidencias del servicio técnico tampoco parece que solucionen mucho, y menos en Navidad.
La sensación de no saber qué está pasando al otro lado es bastante frustrante, sin mails que revisar, feeds que se amontonan, debates que me estoy perdiendo, partidas de streep-poker, cibernovias y la viagra tirada de precio.
La gente dice que de vez en cuando conviene desconectar de este mundo. La gente dice muchas cosas, y seguramente eso lo digan los que disfrutan de la naturaleza en un BMW X5 que la semana anterior habÃa paseado por el Eroski. Snobismo de manual.
Puede resultar excesivo pero si te pasas el dÃa entre ordenadores y realmente conectado en casi cualquier momento el hecho de no poder hacerlo es muy incómodo. ¿Cómo era la vida sin internet? ¿Para qué sirve un ordenador desconectado? Lo que abundaba en las pelÃculas de ciencia ficción y que poca gente veÃa normal es más que cotidiano, mirar la portada del Marca en un dispositivo inalámbrico no llama la atención en absoluto, ver unas vacas en un prado parece que sÃ.
Por este motivo (el de estar sin conexión fuera de clase) me he planteado agenciarme algún juguete con conexión 3G, supongo que en el momento en que tenga más de media hora de luces verdes en el router y pueda consultar tarifas me echaré para atrás. La verdad es que he pensado hasta en utilizar mi propio teléfono para ello, pero eso es masoquismo.
La sensación de desabrigo se ve incrementada cuando te quedas sin baterÃa por la calle (que también me ha pasado). Andaba fisgando algunos posibles regalos navideños y al querer llamar para preguntar qué tal era la idea de uno en concreto no pude. Y la verdad es que no supe qué hacer. No me sé muchos números de memoria, por suerte aquél sÃ, pero ni una sola moneda para una cabina. Y ni siquiera creo estar seguro de saber utilizarla a la primera. ¿Por qué no permiten pagar con tarjeta en las cabinas? Sólo espero que le guste. Al conectar el cargador al enchufe y penetrar el orificio del terminal con la clavija sentà un pequeño orgasmo, de veras.
Visto en: Y ahora a ver cuánto tardan en arreglar la lÃnea.
6 respuestas a «Sensación de incómoda desconexión»
Ya decÃa yo que no te veÃa últimamente por GTalk, lo que te estás perdiendo chato. ;)
Bufff, qué infierno debes estar pasando ahora que en todas las páginas se publican los especiales de Navidad, que la gente manda más emails, etc. Yo lo que tengo es una fonera y asà cuando me quedo sin conexión (sólo 1 vez en 5 años porque Ono a mà me va genial) miro el mapa y busco algún punto wifi, que para emergencias sirve. Si te agencias un teléfono pillate un iphone que para navegar es con el único que realmente se tiene la sensación de estar en Internet.
Estar sin Internet es como estar desnudo en una Iglesia. No tiene nada que ver, pero solo la idea de imaginárselo da escalofrÃos.
En respuesta a raul, ya se me ha pasado la tonterÃa. Aunque el peligro siga ahà ahora mismo no me compensaun aparato nuevo. De cualquier forma,no me termino de acostumbrar al iPhone, al mayor ventaja que le veo esla tienda de aplicaciones, pero por lo demás creo que lo superan otros muchos terminales en los que me encuentro más cómodo, tipo BlackBerry. En fin, que ni siquiera me he puesto a mirarlo en condiciones.
Hombre, yo estoy parcialmente desconectado de internet y no se está tan mal. Supongo que es porque estoy entretenido entre unas cosas y otras y estudiar xD
Nota: Si no te gusta estar desconectado, no te hagas un contrato con Orange si estás corto de pasta. En cuanto les devuelven un recibo te cortan la lÃnea sin avisar ni preguntar ni nada.
[…] de extrañeza, me gusta. Y en efecto, donde dije dildo digo Diego. Voy a intentar una diferencia bastante grande (sentirse bien o prácticamente desesperarse) frente […]