Puede que levante ampollas entre los lectores más extremistas del blog, y sin duda, hasta hace nada yo pertenecÃa a esa panda de talibanes que apoya fervientemente a Tux.
Ayer me cansé de los cuelgues de Ubuntu, se colapsaba con abrir el navegador y el reproductor de música. Eché la culpa a su última versión. Me decidà a crear una partición para guardar las cuatro cosas importantes y empezar de cero, como de costumbre, todo salió mal y empecé de cero a la fuerza. No he perdido nada, tranquilidad.
Una vez que reinstalé el sistema y descubrà la velocidad que tanto añoraba me puse a instalar los programas y plugins que utilizaba, los comandos por teclado y las funciones de las esquinas. En comparación con Windows, esto bastante parecido.
Como no recordaba cómo instalé el Flash me toco seguir mi propio tutorial, pero nada, no habÃa manera. Busqué por Google y encontré cosas interesantes, pero nada. Y Frirefox se negaba a instalarlo voluntariamente. Al final, conseguà que Swiftweasel reprodujese el formato flash decentemente, por contra, el navegador no dura ni medio minuto en pie. SÃ, es super triste ver cómo de rápido puede petar un programa. Asà que en resumidas cuentas, no tengo ningún modo de ver los vÃdeo de Youtube que no sea con IE4Linux.
Claro, aquà me pregunto, ¿a un usuario normal le compensa venir a Linux?
Bueno, pues depende, por ejemplo, si trabaja con un procesador con arquitectura de 32 Bits no tendrá el problema del flash. Pero no quiero quedarme aquÃ.
He de aclarar que cuando hable de Windows me referiré a Windows XP SP2 (nunca he utilizado Vista más de 10 minutos seguidos y no voy a juzgarlo -más-) y que últimamente me he estado aclimatando a MacOSX, que no tiene nada que ver con ningún otro sistema. Además de que llevo unos 5 años utilizando Linux y me considero un novato más, asà que mi planteamiento, razonamiento o todo el post en sà puede ser de lo más ilógico.
Está muy manida la historia de que puede trabajar con documentos de Microsoft Office, que puede puede navegar y enviar y recibir correos etc. Pero a primera vista, poco más. Que Adobe pase del porcentaje de la tarta que representamos los linuxeros con ordenadores de menos de tres años de antigüedad no tiene perdón. Pero a parte, y como he dicho antes, no es la única diferencia. Jugar a juegos decentes es difÃcil, porque hay pocos, y si quieres jugar a los que ya tengas, o te instalas Windows, lo virtualizas o lo ejecutas con WINE. Lo cierto es que con WINE no van del todo mal, al menos el GTA Vice City corrÃa bastante bien.
Bueno, estos problemas también se pueden encontrar en MacOSX, excepto el de Flash.
Por otro lado está la edición digital de imágenes, si alguien viene de Win, habrá tenido instalado su copia pirata de Photoshop como todo hijo de vecino. AquÃ, tenemos Gimp, que sinceramente, no le llega a la suela del zapato a un programa como Photoshop. Por ejemplo, el hecho de que no incluya pincel historia me parece lamentable. Asà como el limitado trabajo que se puede hacer con formatos RAW. Y es que, insisto, me he acostumbrado al felino.
Por supuesto, quien quiera el ordenador para ver pelÃculas, descargar cosas o como servidor, Linux en casi cualquiera de sus sabores le servirá a las mil maravillas. Además, ahora acostumbran a integrar los códecs de serie y los sistemas son mucho más bonitos o mucho más feos que los de Windows, por aquello de la personalización. Pero sigue faltando un detalle, lo que importa no es la estética, sino la funcionalidad, y en eso los que se llevan el leopardo al agua son los de Cupertino.
Una cosa que me encanta de Linux es poder hacer casi cualquier cosa con la consola de comandos, y es que puede parecer un retraso, pero instalar un programa escribiendo una lÃnea te lleva cinco segundos, buscarlo en internet, descargarlo e instalarlo, puede llevarte horas.
A parte, UNIX es infinitamente más estable y seguro que un sistema como Windows, sobre todo si lo que dicen de Vista y su errático funcionamiento es cierto.
Aunque me cueste aceptarlo, Windows XP SP2 es ahora mismo un sistema bastante estable y al que achaco pocos fallos si se sabe utilizar, no navegar con IE, tenerlo más o menos cuidao, pasarle en antivirus (ahora lo puedes hacer online) y utilizar bien los privilegios administrador, sobre todo en la edición Pro, que es la buena.
No os llevéis a engaño, no me arrepiento en absoluto de utilizar Linux, con este sistema cada vez aprendo más, me doy más cabezazos y en el fondo, soy un poco más feliz. Pero no tan extremista. Y es que de momento, tiene todo lo que necesito, ahora bien, pasar vÃdeos al iPod es bastante estresante, por suerte convertirlos no tanto. Como podéis imaginar, sigue sin gustarme nada Amarock, y la actual versión de Rhythmbox cumple de sobra su cometido. El problema está en las versiones nuevas, como el iPod Touch o el iPhone, que no sé muy bien cómo funcionan en Linux, o siquiera si funcionan.
Como conclusión, me vuelvo a preguntar si merece la pena pasar por semejantes comidas de tarro. Pues depende, si te gusta la informática y quieres experimentar, métete de cabeza, en cambio, si tienes un sistema Windows estable y no quieres complicarte, ahora mismo no te estás perdiendo nada. Aunque, nunca está de más tener un Live CD de alguna distribución para salvar los muebles en los peores momentos, o una partición de un sistema robusto por si algo falla. Por otra parte, si puedes dar el salto a Mac directamente, yo ni me lo pensarÃa.
En mi caso particular, prefiero al pingüino antes que las ventanas porque trabajo con más facilidad y rapidez, pero sigo echando en falta cosas del mundo del código privativo.
Visto en: Win => UNIX
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