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Lagarto Pensando en alto

¿Desde cuándo los Reyes son los padres?

Primera entrada del año y vamos a ponernos las pilas dando un poco por culo. Cambia una cifra en las fechas pero, como veis, el resto del blog sigue igual (sólo que con más SPAM). La pregunta es sencilla, ¿a qué edad os dijeron que estos Magos de Oriente, según escribió Mateo, que cada noche del 5 de enero dejan regalos realmente eran vuestros padres y sus tarjetas de crédito? Vamos, cuándo os quitaron la ilusión, porque mucho de dárnoslas de duros pero en el fondo molaba imaginar que, no sabías cómo, unos seres extraños interrumpían en tu casa, dejaban los camellos por el barrio, y te regalaban algo que te gustaba. ¡Sabían tus gustos! Y, por supuesto, eran seres bondadosos, entraban en tu casa y te dejaban cosas sin llevarse nada. Ahora de Oriente igual te llega un comando balcánico, entra en casa también sin que te des cuenta, se empeña en conocer tus gustos para abrir una caja fuerte, te da (altruistamente) una gran paliza y luego se lleva un souvenir. No. Esta peña era buena. Los camellos siguen, se les habrán olvidado.

¿Y Papá Noel? ¿Cómo se las montaba? ¿Alguien tenía chimenea en casa? Casi nadie, pero entraba. No quiero ni pensar lo que se deja en el parquímetro este hombre.

Por cercanía a mí me tocaba celebrar el Olentzero, que este ya daba más palo pues siempre me pareció un minero borrachuzo.

Pues bien, si no recuerdo mal yo tenía 6 años cuando un familiar, por putear, nos soltó todo a mi hermana y a mí, ninguna sorpresa para ella, que era la lista de la familia pero sí un pequeño mazazo para un criajo como yo. Esto dio lugar a cómicos momentos en el cole cuando, después de fiestas, hablas con tus compañeros para ver si todos hemos tenido el mismo coche teledirigido, «Oye, ¿y a ti qué te han traído?, aunque ya sabes que no existen, ¿no?», a lo que respondes cabizbajo, «Sí… ya me lo contaron todo, si hasta fuimos a Toys R Us a descambiar una cosa que no funcionaba» y el otro chico cambia de cara para sorprenderse y exclamar, «No fastidies, ¿es verdad que son los padres?». Cosas de niños.

Por este motivo en mi familia, por problemas de horario, estamos todos super ocupados, celebramos el Reyentzero, ¿y esto qué es? Darnos los regalos en Nochevieja, a medio camino de Reyes y del Olentzero. Creando escuela.

Ahora, a lo que iba, ¿cómo os enterasteis vosotros, dulces infantes aspirantes a un nuevo balón o a una nueva Barbie con novio de pecho pelado al que afeitar la barba?

Visto en: 1994.

9 respuestas a «Â¿Desde cuándo los Reyes son los padres?»

Yo ni siquiera lo recuerdo. Probablemente sería pequeño pero escéptico y no me sorprendería. Aún así, la emoción de despertarse temprano entre alborotos el día 6 para ver las sorpresas de la familia sigue molando como el primer día.

Yo lo asumí a los 8 años. Y me llevé un bofetón por llamar a mi madre «puta mentirosa». Luego comprendí porque a veces tenía como regalo los asquerosos marcos de fotos y los Ferrero Rocher (cómo los odio).

Quitando que en mi casa se ha armado un poquito por culpa de esta entrada… y que el enano con ocho años sigue inocente…

A los 10 años, mi madre me sentó en un sofá, se puso seria y me lo contó. Lloré, pataleé y sobretodo le llamé mentirosa. Mira que decir eso, yo que año tras año me esforzaba en discutir con mis compañeros de clase en que era mentira y blablabla. Vamos, estuvo más de media hora hasta que consiguió meterme algo de duda en mi cabeza. Y costó ¿eh?

Pero vamos, que está claro que yo la cabeza no la tengo sobre los pies… ahora que mi hermano sigue en el ajo, quitando que nunca digo «voy a comprar» o similares, todo es «he pedido a los reyes tal», «en la carta he puesto», a veces se me olvida. Cuando sea una vieja con alzheimer y veinte gatos les escribiré la carta con letra de cuadernillo de Rubio y me sorprenderé si no llegan los regalos solos.

En mi familia eran y son realmente descarados. Por ejemplo, el otro día llegué a mi cuarto para mimir, había un armario (que jamás abro) abierto, miro y hala, ahí estaban todos los regalos. Descuidos así me abrieron los ojos ya muy pequeño, con cuatro o cinco años, y al final me lo confirmó mi prima.

Y ese es el drama de mi vida.

Pues yo no recuerdo la edad, pero sería algo tarde para lo normal, diez u once años. Con suerte doce. Creo que yo me lo venía venir, porque le pregunté a mi madre si era verdad que existían o eran falsos. A lo que me respondió «¿Me prometes que no te vas a enfadar o desilusionar si te digo la verdad?»

A mi hermano, 2 años mayor que yo, se lo contaron en el cole sus amigos. Mi hermano, cabroncete e inteligente qué hizo: la noche de reyes se hizo el dormido y así pudo pillar a mis padres con las manos en la masa alrededor del árbol colocando los juguetes, y además me despertó para que lo viera. En fin, mis padres para ahorrarse pelas, molestias y, sobretodo, no mentir a sus pequeños ¿? se rindieron ante la no tan evidencia y nos desvelaron que Los Reyes Magos no existen. Tendría yo unos 4 o 5 años. Después de esa noche seguí creyendo en los reyes; ellos no venían a mi casa a traer regalos, pero a otras sí, a las que les diera tiempo o tocara, como la lotería, porque jolin! si yo los veía en la cabalgata. Año tras año me fui a dormir pensando con insistencia y muy concentrada en ellos y así lograr atraerles a mi casa, pero no tuve suerte.

Papá Noel no venía a España. Existía pero solo trabajaba en algunos paises.

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